Plantilla desajustada

 

–¡Elaine!– gritó el capataz Sánchez al intercomunicador que tenía sobre la mesa.

–Yes, sir?– respondió de inmediato la imagen de Elaine que apareció recortada en la pantalla.

–¿Por qué aún no tenemos en plantilla a todo el personal necesario para la obra de Luna-17?– preguntó enfadado el capataz Sánchez.

–Señor, no se han presentado suficientes solicitudes para cubrir las plazas–, respondió Elaine.

–¡Pero cómo demonios va a ser eso posible!–, estalló el capataz Sánchez, gritándole a la etérea pantalla donde se encontraba Elaine arrugando la frente y los ojos. – ¡Elaine, eres la responsable de recursos humanos de una empresa de cinco mil trabajadores!, ¡mi empresa!, ¡hay más de nueve mil millones de habitantes en la Tierra, una tasa de desempleo del 7%!, ¿y no eres capaz de encontrar 12 solicitudes para cubrir los puestos que necesitamos para construir una mina estándar en Luna-17?

Al capataz Sánchez parecía que las venas del cuello y de la sien le reventarían en cualquier momento provocándole una muerte inmediata.

–Señor, ya tenemos cubiertas siete de las doce solicitudes, podríamos cubrir las cinco que faltan con hombres…

–¿CÓMO?, ¿CON HOMBRES?– gritó el capataz Sánchez.– ¡Elaine, sabes perfectamente que tenemos que cumplir la resolución 5050 de la ONU de 2030, revisada en 2080, si nos la saltamos y nos hacen una inspección, nos pondrán una multa que nos costará mucho más de lo que vamos a ganar construyendo una simple mina de sílice en Luna-17!

–Señor, ya lo he comprobado–, respondió Elaine intentando mantener la calma–, lo he consultado con el Departamento Legal y podríamos contratar a hombres como sustitutos de las cinco plazas que nos faltan siempre y cuando podamos justificar que no hemos recibido suficientes solicitudes para cubrirlas según indica la Ley.

El capataz Sánchez bajó un par de puntos su nivel de ira.

–Entonces, ¿podríamos llevar a cabo el contrato con una plantilla desajustada?–, preguntó.

–Sí, señor–, respondió Elaine con aplomo–. La obra requiere 120 trabajadores. Según la resolución de igualdad 5050 de 2030 revisada en 2080, esta plantilla debe constar de un 45% de hombres, un 45% de mujeres y un 10% de androides. Los 54 hombres y las 54 mujeres las hemos cubierto sin dificultad en el plazo habitual, pero por algún motivo, sólo se han presentado 7 androides para este trabajo. Si cubrimos las 5 plazas restantes con hombres sustitutos, sólo tendremos que negociar su sueldo con el sindicato, puesto que no aceptarían cobrar el salario de un androide, pero creemos que no será un gran problema.

El capataz Sánchez inspiró un momento.

–Está bien, adelante–, dijo asintiendo levemente–. Pero tenga mucho cuidado con las repercusiones, hable con la gente del Departamento de Medios Sociales y que vayan preparando los memes correspondientes. Los primeros los tienen que lanzar nuestra gente externa, así tendremos el control sobre las bromas que van a generar hombres sustituyendo a androides.

–Ya lo he hecho, señor–, respondió Elaine.

–Gracias, Elaine–, dijo el capataz Sánchez–. No sé qué haría sin ti–. Y cortó la comunicación antes de que ella pudiera responder.

Elaine sonrió a su pantalla gris.